20 febrero 2017

Un tren sin rumbo claro

#TrenElevado

Un tren sin rumbo claro

La construcción del tren elevado que la Ciudad de México ‘merece’ y que conectará con el actual Aeropuerto Internacional de la CDMX y con el que se construye en Texcoco ya inició, pero no se sabe cuánto costará ni quién lo financiará
 
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La idea del tren elevado es para no afectar el derecho de vía del Metro ni predios particulares
"Será cubierto y financiado por una especie de asociación público-privada que se está estudiando”
Jorge Gaviño
Director del Metro
Los terrenos que dejará el AICM no podrán ser utilizados sino hasta 2023
“La ciudad se lo merece y lo tenemos que hacer”, dijo el jueves en rueda de prensa el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, al hablar de la construcción de un tren que conecte con el actual Aeropuerto Internacional de la CDMX como con el que se construye en Texcoco. Y remarcó que por eso, los trabajos ya comenzaron.
Sin embargo, en entrevista para Reporte Indigo, Jorge Gaviño, director del Sistema de Transporte Colectivo Metro y responsable de los estudios para aterrizar el proyecto, reconoció que aun no saben ni cuánto costará ni quién lo va a financiar.
“Con todo y trenes, (costaría) 14 mil 500 millones, más o menos”, dijo Gaviño, quien explicó que la cifra es tentativa porque las empresas interesadas en financiar dicho sistema aun no presentan sus propuestas.
“Será cubierto y financiado por una especie de asociación público-privada que se está estudiando”, agregó el encargado del megaproyecto.
Gaviño comentó que los trabajos tardarán “cerca de dos años y medio”, por lo que tampoco está claro si Mancera estará al frente de la ciudad para cuando el tren se termine.
Las aspiraciones presidenciales del jefe de Gobierno podrían orillarlo a abandonar su cargo al frente de la Ciudad de México.
Pero aún con esas incógnitas, el director del Metro aseguró que ya prepara el estudio correspondiente y se reunirá con empresarios interesados en participar en la inversión para buscar la mejor opción a este plan de movilidad.
El nuevo transporte incluiría dos o tres estaciones, será elevado y se evalúan dos opciones: monorriel o de levitación electromagnética, como los que ya operan en China o Japón.
También se planea que tenga como punto de partida una estación del Metro –que pudiera ser Observatorio (en Álvaro Obregón) o Chapultepec (en la Cuauhtémoc)– con ruta hacia el Oriente (Iztapalapa).
Justo en la zona Oriente en donde al menos 39 colonias en las que se detecta una mayor deficiencia de vialidades, transporte, universidades y hospitales.
Por si fuera poco, se calcula que más de un millón 40 mil personas en esa área viven en la pobreza.
Nuevo Aeropuerto, viejo conflicto
El anuncio del jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, de construir un tren elevado fue hecho durante la inauguración de la Exporail 2017 a la que asistió también el titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Gerardo Ruiz Esparza.
Desde hace dos años, la SCT mantiene una confrontación con el gobierno capitalino por el destino de los terrenos que desocupará el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), Benito Juárez.
El problema se originó desde que se supo que –a petición de la SCT– la empresa Ingeniería IDOM realizó una proyección para construir casi 50 mil vivienda en las 740 hectáreas del actual Aeropuerto Internacional, una vez que se desocupe.
Los supuestos planes pusieron nerviosos a los funcionarios del Gobierno de la Ciudad de México, que desde hace más de un año convocaron a foros con especialistas y ciudadanía para debatir qué hacer con esas hectáreas.
Sin embargo, en el 2015 Ruiz Esparza declaró que los terrenos que dejará el AICM no podrán ser utilizados al iniciar operaciones el nuevo aeropuerto en octubre de 2020, sino hasta 2023.
Pero Mancera no pierde oportunidad para expresar que jurídicamente es la Ciudad de México quien tiene derecho para decidir qué hacer con dichas hectáreas.
Por su parte, desde inicio de 2016 la Secretaría de Desarrollo Económico capitalina (Sedeco) firmó un convenio con la Alianza para la Formación e Investigación en Infraestructura para el Desarrollo de México, con el que busca analizar el mejor aprovechamiento de ese espacio.