01 mayo 2014

DEL CORREO DEL BLOG

La primera misión de Alfonso Ascencio Triujeque, que justo ayer aceptó oficialmente ser el síndico de la quiebra de Mexicana de Aviación, será hacer un inventario de los bienes y luego repartir el valor del remate entre cerca de diez mil acreedores.
El gran reto de este abogado durante los próximos meses va a ser definir los activos tangibles e intangibles y ponerles un valor, como es el caso de instalaciones como hangares, paneles, mostradores, aviones, turbinas, marcas y oficinas.
Pero también será necesario saber si slots, rutas y otros intangibles, como los paquetes VTP, pertenecen a Nuevo Grupo Aeronáutico (NGA) y si forman parte de la masa de la quiebra que deberá venderse, subastarse o devolverse, según sea el caso, para liquidar a acreedores.
De acuerdo con la ley, los primeros acreedores son los trabajadores, a quienes deberá liquidarse conforme a una de tres formas: a la Ley de Quiebras, con tres meses de salario y 12 días por año, topados a un monto máximo.
A como lo establece la Ley Federal del Trabajo, con tres meses de salario y 20 días por año más prestaciones no pagadas. O bajo el paraguas de la tercera alternativa, que es el Contrato Colectivo de Trabajo, con seis meses de salario y 20 días por año.
Si algo queda será para liquidar al resto de los acreedores, entre quienes se cuentan Banorte, el más importante y al cual le fueron entregadas las acciones de NGA como garantía del préstamo que en su momento se hizo a Gastón Azcárraga.
Pero en primera instancia habría que hacer un recuento desde que Azcárragadecidió solicitar el Concurso Mercantil, esto el 2 de agosto de 2010 en México y el 4 de agosto en Estados Unidos bajo la Ley de Quiebras.
En ese sentido, es importante mencionar que al menos en el país vecino la aerolínea continúa técnicamente en Capítulo XI de la ley de bancarrota, de modo que será interesante saber cuál será la salida que se le dará a este asunto en los tribunales del extranjero.
Los jueces estadunidenses tendrían que revisar si hay adeudos, instalaciones y si las rutas se tratarán como activos mercantiles o se inscribirán dentro de los convenios bilaterales como designaciones que el gobierno mexicano entregará a otros operadores.
Todavía nadie se explica cómo Mexicana pasó de ser una empresa con 116 aviones, con la tercera parte del tráfico aéreo nacional y el liderazgo indiscutible del mercado México-Estados Unidos, a estar en quiebra luego de casi cuatro años de intentos de capitalización.
En el largo proceso de agonía que alimentó el gobierno de Felipe Calderón, con una SCT plagada de intereses, primero con Juan Molinar Horcasitas y después con Dionisio Pérez-Jácome, participaron 33 grupos calificados, de los cuales al menos seis llegaron a etapas de due dilligence.
Se supone que el síndico hará una radiografía que podría despejar las incógnitas de qué fue lo que pasó con la gestión de Posadas y cómo fue que a inicios de agosto del 2010 se suspendió la venta de boletos, para lo cual se dice que la IATA ya no respaldaba a la aerolínea.
Pese a todo, se volvieron a autorizar vuelos cuando el fondo de inversión Advent, entonces dirigido por Juan Carlos Torres, anuncia su interés de capitalizar a la aerolínea, y en su lugar la empresa tenedora K adquiere 95% de las acciones de Nuevo Grupo Aeronáutico por sólo mil pesos.
Pero hasta ahora nadie ha explicado por qué a partir del 28 de agosto de 2010 Mexicana y sus subsidiarias Click y Link, pararon operaciones, ya que eso la condenó al fracaso del concurso mercantil, incluso antes de que este procedimiento pudiera iniciar.
Y aunque en septiembre se declaran los concursos mercantiles de Mexicana, Click, Link y MRO, nunca se dieron a conocer las razones de que uno por uno se fueron descartando postores, incluso algunos, como PC Capital y Med Atlántica, ya designados nuevos dueños.
Un punto que tal vez arrojaría luz es el periodo de retracción del concurso mercantil que el juez Felipe Consuelo Soto primero fijó a diciembre de 2009 y luego llevó hasta marzo de 2013, es decir más de cuatro años.
Lo anterior permitió encontrar los boquetes financieros de más de mil 500 millones de dólares que llevaron a NGA al estado de quiebra perpetrado mucho antes de la crisis de la influenza, que es la razón que aducen los técnicos para justificar que una empresa de 92 años, con tanta proyección y profundidad de mercado, haya llegado hasta el estado actual.
El síndico Ascencio Triujeque no la tiene nada fácil. Además de todos estos retos, su actuación está siendo cuestionada desde ahora por los trabajadores por su filiación con la competidora Volaris, la que creó y lanzó Pedro Aspe. Y es que se insiste en que conocerá de primera mano qué activos tendrá Mexicana para ser rematados o devueltos antes que el resto de las aerolíneas, lo cual le dará ventaja a la empresa que dirige Enrique Beltranena con uso de información privilegiada.